sábado, enero 07, 2012

Si hubiera elegido la vida


Si hubiera escogido la vida.

Si hubiese elegido otras vías
apartándome de los hollados senderos.

Si cada paso no fuera dudoso,
vacilante,
incierto.

Y pudiera salir
despreocupado.
Con los bolsillos vacíos.
Seguro de que en algún recodo
hay un beso
y un mendrugo de vida gratis.

Si fuera algo más
que la insignificante y despreciable variable
en la regla de tres fría y simple del dinero.

Si las cruces del camino
no evocaran tantas muertes.

Si fueran más el presagio
o la esperanza,
de conquistar las montañas
y de vencer los desiertos.

Si no hubiese lápidas en los cementerios
que devolvieran gris,
triste,
la Luna hacia el cielo.

Y no tuviera que cargar tantos cadáveres sobre mis hombros.

Si los hijos fueran eternos.

Si me hubiera quedado acostado en la hierba.
Mordisqueando una brizna.
Acariciando la brisa.
Retando al tiempo.

Si no hubiese tomado atajos para estirar la sonrisa.
Y hubiera reído a carcajadas.
Arrogante,
desafiador,
sin miedo.

Si hubiera viajado más a otros mundos
jugando siempre a ser el héroe.
Retozando con pandillas de niños.
Castigando ladrones.
Aprehendiendo piratas y filibusteros.
Navegando libre y victorioso,
por los mares estrechos de mi pueblo.



Si me hubiese atrevido a ser valiente,
cabalgando los espacios
a horcajadas de mis sueños.

Si tuviera menos temor a no estar solo.

Y hubiera abrazado más a los amigos.
Amado más a mis mujeres.
Acariciado más a mi perro.
Besado más a mi hermano.

Y hubiera dado rienda suelta a mis te quiero
dejando que los caballos salvajes de mis te amo
dibujaran bajo sus cascos
la llanura inmensa de mis quimeras
y escalaran poderosos las enhiestas
y desafiantes cumbres de mis secretos anhelos.
Si hubiera menos yo.

Menos tú.
Menos él

Y más nosotros.

Y hubiera menos pasado.
Menos futuro.

Y más presente.

Si no pesaran tanto los errores que no se cometieron.

Y los pecados de omisión
por los que arrepentirse fueran menos.

Si no sufriera de recuerdos.

Si fueran falsas mis lágrimas
y no tiñeran de ceniza el horizonte.

Si El Sol fuera más visible.
O yo no fuera tan ciego.

Y no hubiese tantas telarañas
por todos los rincones del mundo
atrapando libertades
Desarmando pensamientos.

Si la mentira fuera... eso.

Si hubiera tomado más agua fresca y menos fuego.

Y no me hubiera enamorado de la noche.

Y terminara
¡al fin!
mi borrachera.



Si no hubiese tantos falsos poetas
Que, estúpidos,
engreídos
y orgullosos
proclaman no saber que es la poesía.

Si no hubiera nacido poeta,
condenado a transitar
por este extraño,
superior,
consciente,
lúcido
y doloroso
estado de la vida.

Si sangrara sin palabras.


Quizá,

al cerrar los ojos
mirando,
ya de lejos,
todo lo que nunca pude ver.

Apretado en mi silencio.

Escuchando,
ya muy tarde,
todo aquello que no oí.

Hubiera elegido la vida.

Hubiera valido la pena.
Me hubiese gustado vivir.



José Sequeiros
Puerto Ordaz 1999

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El que calla ante la injusticia y la tiranía, no hace otra cosa que esconder, detrás del silencio, su cobardía.