martes, marzo 20, 2012

Montse Morillo (entrevista)

La Artista 


:
"ser artista es una actitud de vida, es como miras los días, como oyes, como sientes, como percibes. No se es artista con un horario, se es artista las 24 horas del día, más que crear es una percepción." 

 

Más sobre Montse:


MONTSE MORILLO O LAS POSIBILIDADES DE LA SENSUALIDAD


Texto: Carlos Yusti
El erotismo y la sensualidad en la vida y el arte no son posturas estéticas programadas y son más bien producto de un enfoque particular de la belleza. El trabajo pictórico de Montse Morillo posee una carga innegable de sensualidad y erotismo muy bien dosificados. El cuerpo fragmentado de la mujer en su pintura también le dice al espectador sobre sus puntos de vista de lo femenino, de ese eterno femenino que es un todo ensamblado de partes.
Montse no pinta una realidad lineal y mucho menos continua. La realidad a fogonazos. La belleza desarticulada y la sensualidad desmembrada para ofrecer un discurso plástico que recurre a trucos de la estética fotográfica. Así pinta un plano cercano de un rostro, de un cuerpo que parece que se está pintando todavía en el lienzo. Sus rostros parecen mirarnos de reojo, parecen escrutar al espectador. Estos rostros y estos cuerpos fraccionados tienen un toque perverso, tienen un halo de nocturnidad a pesar de luz limpia y los colores claros.

En la pintura de Montse también puede descubrir el espectador acucioso a una perspicaz dibujante. Hay un cierto toque académico en sus figuras. Rostros y cuerpos que no expresan interioridad metafísica, pero que están provistos de un misterio, de una sensualidad a quemarropa y sin artilugios. El dibujo intenta ser lo más realista posible; no obstante son figuras pintadas con cierta ambigüedad como si la pintora quisiera subrayar que lo femenino es más sugerencia y formas que realidad permisiva y literal. No es forzado lo escrito por Nelson Galvis: "Lo profano, lo banal se tornan borrosos, el encuentro, la búsqueda de lo interior se enriquece gracias a ese mensaje que subestima lo evidente a primera vista; el gesto se pone al servicio de una posibilidad para el color. Al mismo tiempo, el estilo evoluciona: la materia es más plana; se impone el aspecto casi monocromo con algunos toques de color; los rostros son expuestos sin concesiones; la luz adquiere un carácter trascendente. Sin embargo, esta intención no afecta únicamente a la iluminación del cuadro, esa que podemos definir desde este momento como iluminismo trascendente, sino al resto de los elementos compositivos y formales: aquí el realismo se reserva solo para los accesorios y detalles."
Lo erótico en las pinturas de Montse tiene otras lecturas menos bizarras. El sexo también está sugerido, escondido, sumergido en pinceladas no resueltas de manera deliberada. Más que sexo Montse pinta la esquiva sensualidad del cuerpo. Por supuesto en todo esto hay una sordidez plana y en lo absoluto narrativa.

Montse Morillo Estudia en la Escuela Superior de Arte, "Massana", Barcelona, España (1970-1971). De regreso en Venezuela, cursa Publicidad, en el Instituto Nuevas Profesiones, de Caracas (1978-1980). Además ha realizado un buen número de talleres que le han permitido profundizar sus conocimientos estéticos. Otra de sus facetas destacable es la de ilustradora de libros donde despliega toda su técnica como dibujante. Entre los libros que ha ilustrado se pueden mencionar: "Arias Imaginarias", "A Jugar Juglar, "Canción de Mar - Canción de Amor". "Teatritos", de Luiz Carlos Neves, editorial María Isabel de los Ríos. "El pájaro y la luna", de Carlos Angulo, "Pues Señor esto era un Circo", y "El Corazón de la Luna", de editorial Rondalera, "La casa sin sombrero", de Jacqueline Goldberg, editorial Alfaguara y "Coralito", editorial Intenso.
Los rostros y los cuerpos femeninos que Montse pinta son la posibilidad de la sensualidad, de la belleza explorando los abismos de lo erótico sin pasarse de los límites, pero dejando abierta cualquier tentativa.






Artífice de percepciones surrealistas

“Soy una pintora valiente, no me da susto equivocarme” 

Artífice de percepciones surrealistas


 
Para Montse Morillo el arte es “un mundo inmenso, como la historia sin fin, en el que siempre hay otro sitio, otro lugar, otra gaveta que revisar”. Esta reconocida pintora es la autora de trabajos interesantes y controversiales, pues le apasiona la confrontación que emprende desde su lienzo. Su taller, o templo de creación, se ubica en Puerto Ordaz, desde donde busca la evolución de su técnica y, por ende, la de su carrera.
Como muchos artistas, siempre estuvo en búsqueda de la expresión antes de toparse con la pintura. Incluso, “dicen las malas lenguas que desde los seis años ya dibujaba bastante bien y, en efecto, todavía conservo diseños que realmente me asombran”, comenta Morillo.
Su título dice “publicista”, documento expedido por el Instituto Nuevas Profesiones de Caracas, y durante años se desempeñó como tal. Pero, posteriormente, estudió un año en la Escuela de Artes y Oficios Massana, en tierras españolas, y ha hecho múltiples talleres y cursos. Sin embargo, admite que sus conocimientos tienen carácter empírico porque no maneja los conceptos de la Academia y esto la hace más libre.
Su exploración artística cubre el teatro, la actuación, el cine y hasta aerografía. Pero “la cotidianidad siempre te pone límites en la vida y fue la que me llevó a escoger la pintura”, confesó. Desde que llegó a Ciudad Guayana, Morillo pudo entregarse a las pinceladas tranquilamente, de modo que estableció su estudio en un amplio salón rodeado de lienzos, libros y música inspiradora que enmarca su ambiente de creación.

Técnica creativa
Para dedicarse con desparpajo a la pintura, Morillo elige la ropa más cómoda posible y que se preste sin temor a las salpicaduras de sus obras. Sube el volumen de un buen disco de jazz o de bossa y tras cada trazo se detiene a mirar. La contemplación advierte posibles errores.
El acrílico es su material predilecto sobre la tela que le sirve de soporte. Su elección responde a su talante impaciente. Morillo admite que éste seca más rápido y por eso lo usa desde hace muchos años. En cuanto a los colores, emplea la gama de ocres y azules, que son sus matices predilectos: “De vez en cuando me dan ataques de locura y utilizo tonos que no uso normalmente”, admite.
A pesar de haber producido muchas obras sobre la base lo figurativo, atravesó una transición hacia al Abstraccionismo y el Expresionismo. Entonces Morillo comenzó a despojar de protagonismo a las figuras de sus cuadros. Pero alguna vez retoma esa técnica cuando alguien lo solicita específicamente y reconoce que “es rico encontrarse con buenos amigos”.
El trabajo de Reverón, presentado en el Salón Regional y Salón Nacional de la Universidad Nacional Experimental Politécnica (UNEXPO), Sala del Sur y Barquisimeto, representa para ella uno de sus logros más preciados. Pero “Sensaciones” también es una exposición importante, porque pertenece a esa transición superada, y la enlista como un gran logro. Aunque cada nueva creación lo es porque, como ella misma define su oficio: “Haces una pincelada y ésta puede transformarse en un gesto de tristeza o melancolía, y con otro trazo puedes hacer que lo que estés transmitiendo cambie radicalmente”, resalta.
Otro logro que ostenta con orgullo es haber traído al mundo a sus tres hijos. Morillo es la responsable de impregnar sus genes con la pasión hacia el arte, pues todos escogieron alguna faceta de ésta para expresarse. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario

El que calla ante la injusticia y la tiranía, no hace otra cosa que esconder, detrás del silencio, su cobardía.